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Brembo nos habla de las diferentes exigencias que presentan los circuitos del Mundial de Superbike en cuanto a los frenos

¿Quién dijo que todos los circuitos del Mundial Superbike son iguales? Lo que no cambia es la longitud de las carreras, que el reglamento establece en entre 85 km y 110 km.

Brembo nos habla de las diferentes exigencias que presentan los circuitos del Mundial de Superbike en cuanto a los frenos

Por lo demás cada circuito tiene sus peculiaridades: número de curvas, pendiente media y máxima, longitud de las rectas, ondulaciones y tipo de asfalto utilizado.​

Por si fuera poco, otras variables repercuten en el rendimiento de los pilotos y de las motos: la temperatura del aire y del asfalto, las condiciones meteorológicas, hasta el horario en que se disputan las carreras. Todo esto influye también en el funcionamiento del sistema de frenos: en algunos circuitos los frenos están sujetos a mayores esfuerzos mientras que en otros se utilizan más tranquilamente.​

Determinar qué circuito pertenece a una categoría u otra no es nada fácil: pensar que se pueda hacer basándose exclusivamente en la velocidad lleva a cometer grandes errores. ​

En 2018 la vuelta más rápida de la Carrera 1 de Phillip Island era casi idéntica a la media de Buriram: 175,90 km/h en Australia, 175,10 km/h en Tailandia. Pero el primer circuito esfuerza muy poco los frenos, mientras que en el otro el sistema de frenos se esfuerza muchísimo.​​

Tampoco nos podemos basar en el número de frenadas efectuadas en cada circuito para determinar cuánto se esfuerza el sistema de frenos. Por ejemplo, en Losail los pilotos de Superbike utilizan los frenos 13 veces en las 16 curvas de la pista, mientras que en Donington utilizan los frenos 7 veces en cada vuelta. Pero contrariamente a las fáciles previsiones, el circuito británico esfuerza los frenos mucho más que la pista del Catar. ​

En cambio, Assen y Aragón se distinguen por tener 10 frenadas por vuelta, pero el primer circuito es Easy para los frenos y el segundo está en el otro extremo de la escala de evaluación. Uno de los motivos estriba en la intensidad de las frenadas: en Holanda hay una sola apurada de frenada larga, por lo menos 4 segundos, frente a las tres con dicha duración del circuito ibérico. ​​

Como es evidente, las fuerzas activadas en una apurada de frenada a 300 km/h no son las mismas que en una frenada a 200 km/h. A pesar de no contar con circuitos como el de Mugello y el de Barcelona, donde las MotoGP superan los 345 km/h, el Mundial Superbike cuenta con varios trazados donde se superan los 300 km/h. ​

Pero si en un circuito hay solo una frenada a altísima velocidad y las demás son más tranquilas el sistema de frenos se esfuerza mucho menos que en un circuito con muchas apuradas de frenadas a alta velocidad. Una vez más, la mejor demostración la proporciona Phillip Island: la frenada en la curva número 1 después de la salida se afronta a 312 km/h, de récord para el Mundial Superbike. Pero también es la única frenada de toda la pista que se afronta a por lo menos 230 km/h.

www.brembo.com

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